martes, 29 de enero de 2008

Reseña de Pepita Sabor

Tengo el privilegio de tener en mis manos la Revista de la Universidad de Buenos Aires (RIBA) de 1961 (Abr./Jun), Quinta Epoca, Año VI, Número 2.
(Aclaro que en esa época yo no había nacido!)

Es un número dedicado al impacto de la ciencia y de la técnica en el mundo contemporáneo (en aquél mundo contemporáneo). Entre sus artículos se destacan:

*Reflexiones sobre los problemas actuales de la ciencia y de la técnica por Manuel Sadosky
*Meditaciones sobre la ciencia y la cultura por Gregorio Klimovsky
*Situación del arte en la era tecnológica por Jaime Rest
*Literatura para el mundo nuevo por Juan Carlos Pellegrini

Y en el capítulo de las Reseñas aparece publicada la de un libro de
Jorge Comadrán Ruiz
Bibliotecas Cuyanas del siglo XVIII, Mendoza: Universidad Nacional de Cuyo, Biblioteca Central, 1961, 143 p. (Cuadernos de la Biblioteca, 2). Dicha reseña está hecha nada menos que por Josefa Sabor.

La verdad es que me pareció todo una "Perlita" este ejemplar tan especial, en el que se ve reflejado el movimiento intelectual de una época floresciente en Argentina.

1 comentario:

Gabriela Puglia dijo...

A continuación transcribo el texto de dicha reseña. Me parece imperdible de leer.
"El interés de este trabajo de Comadrán excede largamente el tema bibliotecario. El autor estudia las colecciones de libros que los más caracterizados vecinos de Mendoza poseían en el siglo XVIII, y formaban parte de los bienes que constituían sus herencias, dentro de un cuadro social que conoce a fondo. Con una población que osciló entre cerca de 500 a 13.500 almas y en la que los blancos fueron reduciéndose en número hasta no llegar sino al 40 del total, sin institutos de enseñanza superior, no era dable esperar hallar rastros de bibliotecas muy grandes ni con títulos de excepción. Pero tampoco es demasiado escaso el aporte de las once colecciones cuyos inventarios logró localizar en juicios sucesorios. Eso sin contar que muchos otros similares se han perdido o aún no han sido hallados en los archivos. Comadrán relata las vicisitudes de esas colecciones y cuenta -a menudo con poca gracia- las felicidades y desventuras de sus propietarios...
Sin duda son muy interesantes los datos sobre los propietarios de las bibliotecas y el conocimiento de los inventarios y la suerte de los libros...
Comadrán ha querido demostrar que el nivel cultural de las clases media y dirigente de Mendoza en el siglo XVIII era "si no elevadísimo, por lo menos discreto para la época". Además agregar otra prueba a las muchas existentes de que Espáña no mantuvo a sus provincias de ultramar en un nivel cultural bajo, y que si las disposiciones legales actuaron algunas veces como un tamiz, los españoles americanos supieron burlarlas graciosamente..."