martes, 18 de noviembre de 2008

Soy lo Prohibido


Me encanta la interpretación que hace Joan Manuel Serrat de esta melodía...se puede escuchar desde:

http://www.youtube.com/watch?v=EIEtv7xjEIE&NR=1


(románticos abstenerse!!!!)


Soy ese vicio de tu piel
que ya no puedes desprender.
Soy lo prohibido.

Soy esa fiebre de tu ser
que te domina sin querer.
Soy lo prohibido.

Soy esa noche de placer,
la de la entrega sin papel.
Soy tu castigo.

Porque en tu falsa intimidad
en cada abrazo que le das
sueñas conmigo.

Soy el pecado que te dio
nueva ilusión en el amor.
Soy lo prohibido.

Soy la aventura que llegó
para ayudarte a continuar
en tu camino.

Soy ese beso que se da
sin que se pueda comentar.

Soy ese nombre que jamás
fuera de aquí pronunciarás.

Soy ese amor que negarás
para salvar tu dignidad.

Soy lo prohibido.

viernes, 14 de noviembre de 2008

Lo que te Mueve en la Vida



Advierto que lo que voy a transcribir es un artículo publicado en una revista femenina mexicana... quizás parezca o resulte algo cursi, pero me gustó y me levantó un poco el ánimo, así que creo que vale compartir su texto.

El autor es Walter Riso (http://www.walter-riso.com) autor de muchos libros super interesantes, psicólogo argentino, que sigo desde hace tiempo y me gusta bastante. (Por estos días estoy releyendo de él: Los límites del amor, que en otra oportunidad voy a comentar)


"¿Qué te hace vibrar? ¿Qué cosa te sacude desde adentro y te quita la respiración, así sea por unos cuantos segundos? ¿Qué fuerza te hace ascender y después no quiere hacerte bajar? Hay algo que no podemos entender y que nos ocurre muy de tanto en tanto, de manera inexplicable. A veces un curioso vigor nos resucita de la monotonía. Todas las personas tenemos algún milagro pasional escondido que nos empuja, que nos mueve al compás de un ritmo personal no imitable: impulso vital, interés absorbente, sentido de vida.

¿Qué te mueve? Pero no desde la teoría o la carga de los conceptos, sino de verdad, con los huesos y las entrañas. ¿Qué te hace conmocionar hasta perder el norte y encontrarte cara a cara con la brillantez del ingenio o la oscura sombra de la tristeza? Es que en un instante se puede justificar la vida entera o desechar la muerte.

Los motivos para vivir pueden ser tan pocos y tan grandes, o tantos y tan estúpidos. Lo importante es que sean tuyos, que aparezcan con cada pulsación y se expulsen en cada bocanada de aire que te mantiene en pie. ¿Hace cuánto no te emocionas sin "razones valederas", o con aquel beso inesperado, ilógico, que alguien te regala por la espalda? La modorra te ha vuelto torpe, ya no persigues imposibles, ya no te dejas asfixiar por la ilusión, ya no te seducen las quimeras. Y si nada te mueve y nada te sorprende y apenas te ríes y casi nunca te sonríes con el alma dispuesta, te estás apagando. Necesitas el frenesí de la irreverencia de tanto en tanto, como cuando la lluvia no te molesta y dejas que el amanecer se meta por tu piel.

O cuando el jefe empieza a parecerse a un rinoceronte de corbata y la oficina una jaula repleta de micos bien educados. Sé que te pasa alguna vez, y aunque te asustas, lo disfrutas porque secretamente tienes el don de emocionarte hasta rabiar, de vibrar bajo el calor de una idea, de bailotear en la meta que parecería inalcanzable, de producir vida, de mirar al sol cara a cara, de "soplar en el viento" (como dice la vieja canción), de indignarte, amar y arrugarte.

No te resignes a la quietud, a la impasible habituación, a la rutina atrevida y arrogante que ostentan los aburridos. Movilízate como una manifestante de tu propia identidad, deja que tus creencias sanas te rebasen, explora el gusto de sentir los sentidos, pégate a lo que te mueve, a lo que te incomoda.

No te resignes a vivir de la mano de la mediocridad apoltronada en lo predecible, siempre lo predecible. Pregúntate qué quieres de verdad, qué añoras en ese relámpago infinitesimal antes de dormir, qué te revoluciona esencialmente. Júrate a ti misma que nunca dejarás apagar la "llama doble" que alumbra tu interior. ¡Enciende una fogata en tu corazón! Sólo así estarás viva".

(El Miró es "Le Banquet")

jueves, 6 de noviembre de 2008

Vínculos cada vez más frágiles...


En la nota/entrevista hecha al sociólogo Zygmunt Bauman por Cecilia Diwan, publicada en La Nación del miércoles 5 de noviembre titulada: "Consumir más es el camino a la inclusión" aparecen algunos conceptos que suelen retumbar mi pensar. Y verlos expresados tan claramente me ayudan a poder intentar dar algunos primeros pasos para no quedarme en la "resistencia" conservadora e ir aceptando los cambios...

Aquí van algunos párrafos más destacados para mí:

"Cada vez más tendemos a pensarnos, a apreciarnos o degradarnos sobre la base del patrón de los productos de mercado. Ir de compras y consumir significa, hoy en día, invertir individualmente en la propia membresía social. El consumo es inversión en la autoestima individual".

"...Ya no se espera que nadie se conforme con lo que tiene y con lo que es. Si alguna pieza de los instrumentos utilizados a diario, de la red de contactos humanos o del propio cuerpo pierde su encanto, se la extirpa y se la reemplaza por otras piezas de repuesto, nuevas o mejoradas. Los consumidores son entrenados desde el nacimiento. La mentalidad de desechar se ha convertido en el objetivo principal de la educación a la que las empresas someten a sus futuros clientes desde muy temprana edad".

"...Por ejemplo, quien busca una pareja ideal por Internet selecciona a una persona en una página de citas, como si fuera un corte en el mostrador de la carnicería. Pero el amor no es algo que pueda ser simplemente encontrado. Debe ser constantemente resucitado, reafirmado, atendido y cuidado. La creciente fragilidad de los lazos humanos tiene como resultado la escasa popularidad de los compromisos de largo plazo y el vaciamiento de todo deber excepto de aquellas obligaciones para con uno mismo. El amor tiende a ser visto o como perfecto desde el principio o como fallido".

A la pregunta de si se puede ser libre si no hay seguridad?
El sociólogo responde: "La libertad viene en conjunto con los riesgos, y los riesgos implican inseguridad"...

En este punto me permito hacer un agregado personal... creo que la libertad no implica seguridad, pero sí implica asumir responsabilidades, poner y ponernos límites, elegir, decidir, darnos permiso para ver cuáles son nuestros verdaderos deseos y poder ponerlos en marcha con entusiasmo!!!!.

(El copyright de la foto es de La Nación)