miércoles, 16 de enero de 2008

Optimista se nace o se aprende???


El optimismo es: “la disposición del animo, involuntaria y espontánea a pensar bien de todo, que integra la idiosincrasia de una persona”.
Un optimista ve una oportunidad en toda calamidad, un pesimista una calamidad en toda oportunidad.
En qué categoría te ubicas? Pensás que el optimismo es un estado de ánimo, o una característica de la personalidad?


En el post del 28/12/2007 titulado "El Vaso medio lleno" del Blog de María Isabel Sánchez, se desarrola el tema del optimismo...

Aqui transcribo sus palabras:

Cuenta la leyenda…que los intelectuales son pesimistas por naturaleza. Como correlato lógico de esta teoría podría afirmarse entonces que los optimistas son –al menos-, ingenuos. ¿Mito o realidad?
La psicología positiva está mostrando en los últimos tiempos una dedicación especial al estudio del optimismo como característica de la personalidad. Podría decirse que se trata de una actitud que interviene entre los hechos reales, ajenos a la voluntad y la interpretación personal que hacemos de ellos.

El optimismo radica esencialmente en el enfoque con el que apreciamos el afuera. Por cierto que el éxito no necesariamente es consecuencia sólo del optimismo, pero este es sin duda un valor que ayuda a afrontar las dificultades y las cosas que no resultan de acuerdo a nuestros deseos.

El optimismo es una cualidad, es la predisposición inquebrantable del "volver a empezar", es el "poder de resiliencia", la capacidad de recomenzar, de sobreponerse a las fallas, a los errores, a los fracasos. Y aunque no siempre conduzca al éxito, nos hace recorrer cualquier camino con buen ánimo, confianza en las propias fuerzas y en los demás.

Ser optimista es enfocar la vida iluminando los aspectos positivos que ella nos ofrece y esperar que el futuro traiga buenos resultados. Esta virtud de la personalidad tal vez sea el motor que nos impulsa a realizar los esfuerzos necesarios para encontrar soluciones a los problemas y posibilidades de éxito.

Con toda seguridad podemos afirmar que las personas optimistas tienen mejor humor que las pesimistas, son más constantes y tenaces en la lucha por sus objetivos y hasta tienen mejor salud. La ciencia ha confirmado, incluso, que el optimismo y la esperanza hacen que las personas logren siempre salir fortalecidos de las dificultades y hasta encuentren beneficio en situaciones traumáticas y dolorosas.

El optimista no es precisamente un ingenuo. No se autoengaña creando una falsa realidad para alivianar su vida, simplemente sale a buscar ayuda, se enfoca en sus deseos y en la mejor manera de alcanzar los objetivos que se propone. Y sabe que mucho de esto depende de su actitud y de su esfuerzo. No trata de "salir del paso" en la vida, o de "zafar". Es flexible, intenta cambiar, adaptarse a las circunstancias y aprender, y le pone pasión a la vida.

El camino hacia una actitud optimista requiere de una disposición apasionada y positiva.

Ser optimista cuando todo sale bien es fácil. Por eso, no es más optimista el que menos ha fracasado, sino quien ha sabido encontrar en la adversidad un estímulo para superarse, fortaleciendo su voluntad y empeño; en los errores y equivocaciones una experiencia positiva de aprendizaje.

Se supo hace pocos meses que el optimismo está localizado en un lugar específico de nuestro cerebro, una zona que se activa cuando tenemos pensamientos positivos. Sería interesante conocer además si es una condición genética o si se trata de una actitud relacionada con lo ambiental. Es decir, si uno puede cambiar del pesimismo al optimismo.

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