sábado, 11 de octubre de 2008

La Felicidad


Parece ser que la página de la BBC reveló que hay científicos que pretenden haber resuelto uno de los misterios más grandes de la humanidad con auxilio de una fórmula matemática: P + (5xE) + (3xH) = FELICIDAD, donde P son las características personales (la apariencia física, capacidad de adaptación, resiliencia), E (salud, estabilidad económica y vínculos de amistad) y H las necesidades de orden superior (autoestima, expectativas sobre el futuro, sentido del humor). Con sólo responder a cuatro preguntas, a cuyas respuestas se les asigna un puntaje que va de 1 a 10, seremos capaces de obtener el resultado de la ecuación.

Otros estudios, como la Psicología del bienestar subjetivo, considera que hay tres factores que inciden en esa condición: un estado de ánimo positivo, es decir presencia de sentimientos placenteros tales como alegría o satisfacción; la ausencia relativa de sentimientos displacenteros tales como temor, ira o tristeza; y los juicios personales sobre el grado de satisfacción.

Para el hedonismo psicológico, los placeres subjetivos son el medio para deteminar la moralidad de los actos. Entonces, la felicidad consiste en episodios o en estados de ánimo puramente subjetivos. Según esta línea de pensamiento, es sabio disfrutar los placeres momentáneos, en lugar de saborear los pasados, o de soñar con los futuros. Pero además los únicos goces que uno puede sentir son aquéllos que uno experimenta por sí mismos en el cuerpo, pues los placeres, al igual que los dolores, son intransferibles.

Pero, el ser humano, acosado por un deseo que se renueva, siempre distinto y demandante, se encuentra condenado a experimentar una y otra vez, la insatisfacción. Y de su tensión psicológica entre el deseo y la frustración nace el sufrimiento.

En este derrotero cíclico, cuando el deseo errante ha perdido su objeto, la vida humana se nos aparece como una suerte de péndulo que, meciéndose entre el dolor y el tedio, busca una sentido donde no lo puede hallar.

El aburrimiento, máscara y lacayo del vacío existencial, se apodera entonces del individuo condenado, por su estructura misma, a una abulia suicida. Abulia que parece ser un sello distintivo de una cultura sedienta de sentido, contraparte existencial de la euforia consumista de autos, lavavajillas y cámaras digitales.


Extracto de: La Felicidad/ por Diana Cohen Agrest, publicado en ADN Cultura del 23/08/08.

miércoles, 1 de octubre de 2008

Entusiasmo

Aqui lo copio:


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•REIR
•VER REIR A MIS HIJAS
•VER REIR A LA GENTE
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•EL SOL
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•EL MAR
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•EL ARTE
•VER REVISTAS DE DISEÑO Y DECORACION
•EL AMOR
•CHARLAR Y ESCUCHAR A GENTE INTERESANTE
•CONOCER GENTE NUEVA
•VER CAMBIOS EN ACTITUDES MIAS
•VER CAMBIOS EN ACTITUDES DE OTRA GENTE
•VER GENTE ENTUSIASMADA
•LOS HOMBRES EMPRENDEDORES

Qué interesante ejercicio ponernos a escribir lo que nos entusiasma...