martes, 29 de enero de 2008

Reseña de Pepita Sabor

Tengo el privilegio de tener en mis manos la Revista de la Universidad de Buenos Aires (RIBA) de 1961 (Abr./Jun), Quinta Epoca, Año VI, Número 2.
(Aclaro que en esa época yo no había nacido!)

Es un número dedicado al impacto de la ciencia y de la técnica en el mundo contemporáneo (en aquél mundo contemporáneo). Entre sus artículos se destacan:

*Reflexiones sobre los problemas actuales de la ciencia y de la técnica por Manuel Sadosky
*Meditaciones sobre la ciencia y la cultura por Gregorio Klimovsky
*Situación del arte en la era tecnológica por Jaime Rest
*Literatura para el mundo nuevo por Juan Carlos Pellegrini

Y en el capítulo de las Reseñas aparece publicada la de un libro de
Jorge Comadrán Ruiz
Bibliotecas Cuyanas del siglo XVIII, Mendoza: Universidad Nacional de Cuyo, Biblioteca Central, 1961, 143 p. (Cuadernos de la Biblioteca, 2). Dicha reseña está hecha nada menos que por Josefa Sabor.

La verdad es que me pareció todo una "Perlita" este ejemplar tan especial, en el que se ve reflejado el movimiento intelectual de una época floresciente en Argentina.

lunes, 28 de enero de 2008

Los cóndores...


La otra mañana, mientras íbamos a la colonia, medio dormidas todavía, mi hija menor (9) me hizo el siguiente comentario: "Sabías que los cóndores eligen su pareja y se quedan juntos para toda la vida????"
Si?, le pregunté,
"Sí, además si alguno de los dos se lastima o se cae de las altas cumbres, el otro se tira con él..."
En ese momento mi mente empezó a ir a mil....mientras trataba de pensar qué contestarle, también me preguntaba por qué me estaba haciendo ese comentario... lo único que atiné a contestarle fue:
"Qué ejemplo de amor y fidelidad, no?"....
Y enseguida para cortar ese clima tan serio le pregunté algo más técnico: " Y te dijo la cuidadora del zoo cuánto miden aproximadamente sus alas extendidas?"
"Mmmm, 3 metros aproximadamente", me contestó.

Este tipo de comentarios son los que nos nutren a los que tenemos la dicha de ser papás.

viernes, 25 de enero de 2008

Estoy pensando que...



Alan Pauls puede ser el próximo escritor que quiero leer...hace bastante que tengo ganas de leer algo de él...

Me puse a buscar algunos datos de su historia y trayectoria:
Nació en Colegiales (Buenos Aires, Argentina) en 1959. Es licenciado en Letras y ha ejercido la docencia universitaria. Ha escrito novelas, guiones para la televisión (La Era del ñandú, 1987) y el cine (Sinfín, 1988), un ensayo sobre Manuel Puig, y artículos de crítica literaria sobre las obras de Roberto Arlt y Lucio V. Mansilla. Colabora como periodista de literatura con diversos medios gráficos y televisivos. También hace crítica de cine.
Sus obras:
El pudor del pornógrafo Sudamericana, Buenos Aires, 1984.
Manuel Puig. La traición de Rita Hayworth Biblioteca Crítica Hachette, Buenos Aires, 1986.
El coloquio Emecé, Buenos Aires, 1990.
Wasabi Alfaguara, Buenos Aires, 1994.
Lino Palacio: la infancia de la risa Espasa Calpe, Buenos Aires, 1995.
Cómo se escribe. El diario íntimo El Ateneo, Buenos Aires, 1996.
El factor Borges. Nueve ensayos ilustrados con imágenes de Nicolás Helft Fondo de Cultura Económica, Buenos Aires, 1996.
El pasado Editorial Anagrama, Buenos Aires, 2003.
La vida descalzo Sudamericana, Buenos Aires, 2006.
Historia del llanto Anagrama, Barcelona, 2007.

El Pasado, novela que tardo 5 años en escribir, y que tiene 505 páginas fue ganadora del Premio Herralde en 2003, y ha sido adaptada al cine por el director argentino-brasileño Héctor Babenco.

Algunos de sus pensamientos plasmados en entrevistas:

"Yo jamás hubiera pensado que un libro como El Pasado podía robarle a un pibe así..cuántas horas de su tiempo para leer una novela romántica, tortuosa, torturada, llena de detalles, analítica, insoportable..."
"Siempre me intrigó de una manera casi sobrenatural el modo en que las mujeres piensan el mundo, viven el mundo, miran el mundo...y siempre fueron para mí como un objeto de análisis, de curiosidad. Me parece que les debo casi todo porque son la diferencia, y asomarme a esa diferencia para mí es una experiencia genial. Nunca en la vida me aburrí con una mujer..."

Un artículo de él para leer en la web:

www.elinterpretador.net/21AlanPauls-ElFondoDeLosFondos.html

jueves, 24 de enero de 2008

Todo final es el comienzo de algo nuevo...


Nunca les pasó de estar terminando de leer un libro y no querer que se acabe...? Empezar a pausar la lectura para hacer durar un poquito más la intriga del final???
Mirar como loca la biblioteca y la mesita de luz buscando entre la pila de libros sin leer, o leídos a medias, tratando de elegir el que captará nuestra próxima atención? O buscando entre tanta reseña alguno que justo coincida con nuestro momento, nuestro búsqueda o nuestro interés? El que pasará a ocupar ese lugar único y exlusivo en la cartera, en la mesa, en la cama, en el sillón, en el colectivo...?

viernes, 18 de enero de 2008

La Segunda Librería más linda del mundo...

(La Foto es de Mariana Araujo)

Por su esplendor arquitectónico El Ateneo Grand Splendid, una joya entre las librerías del mundo ocupa el segundo lugar en una lista elaborada por el diario británico The Guardian.

Un artículo publicado por el Diario La Nación comenta esta noticia y explica las especiales consideraciones sobre la librería por su historia, su valor arquitectónico y cultural.

Aqui va el link: http://www.lanacion.com.ar/cultura/nota.asp?nota_id=979452

Los 3000 visitantes que la recorren por día, pueden disfrutar de leer su futuro libro favorito, tomando un buen café, o camiendo sushi, rodeados de un ambiente y una arquitectura formidables.

miércoles, 16 de enero de 2008

Optimista se nace o se aprende???


El optimismo es: “la disposición del animo, involuntaria y espontánea a pensar bien de todo, que integra la idiosincrasia de una persona”.
Un optimista ve una oportunidad en toda calamidad, un pesimista una calamidad en toda oportunidad.
En qué categoría te ubicas? Pensás que el optimismo es un estado de ánimo, o una característica de la personalidad?


En el post del 28/12/2007 titulado "El Vaso medio lleno" del Blog de María Isabel Sánchez, se desarrola el tema del optimismo...

Aqui transcribo sus palabras:

Cuenta la leyenda…que los intelectuales son pesimistas por naturaleza. Como correlato lógico de esta teoría podría afirmarse entonces que los optimistas son –al menos-, ingenuos. ¿Mito o realidad?
La psicología positiva está mostrando en los últimos tiempos una dedicación especial al estudio del optimismo como característica de la personalidad. Podría decirse que se trata de una actitud que interviene entre los hechos reales, ajenos a la voluntad y la interpretación personal que hacemos de ellos.

El optimismo radica esencialmente en el enfoque con el que apreciamos el afuera. Por cierto que el éxito no necesariamente es consecuencia sólo del optimismo, pero este es sin duda un valor que ayuda a afrontar las dificultades y las cosas que no resultan de acuerdo a nuestros deseos.

El optimismo es una cualidad, es la predisposición inquebrantable del "volver a empezar", es el "poder de resiliencia", la capacidad de recomenzar, de sobreponerse a las fallas, a los errores, a los fracasos. Y aunque no siempre conduzca al éxito, nos hace recorrer cualquier camino con buen ánimo, confianza en las propias fuerzas y en los demás.

Ser optimista es enfocar la vida iluminando los aspectos positivos que ella nos ofrece y esperar que el futuro traiga buenos resultados. Esta virtud de la personalidad tal vez sea el motor que nos impulsa a realizar los esfuerzos necesarios para encontrar soluciones a los problemas y posibilidades de éxito.

Con toda seguridad podemos afirmar que las personas optimistas tienen mejor humor que las pesimistas, son más constantes y tenaces en la lucha por sus objetivos y hasta tienen mejor salud. La ciencia ha confirmado, incluso, que el optimismo y la esperanza hacen que las personas logren siempre salir fortalecidos de las dificultades y hasta encuentren beneficio en situaciones traumáticas y dolorosas.

El optimista no es precisamente un ingenuo. No se autoengaña creando una falsa realidad para alivianar su vida, simplemente sale a buscar ayuda, se enfoca en sus deseos y en la mejor manera de alcanzar los objetivos que se propone. Y sabe que mucho de esto depende de su actitud y de su esfuerzo. No trata de "salir del paso" en la vida, o de "zafar". Es flexible, intenta cambiar, adaptarse a las circunstancias y aprender, y le pone pasión a la vida.

El camino hacia una actitud optimista requiere de una disposición apasionada y positiva.

Ser optimista cuando todo sale bien es fácil. Por eso, no es más optimista el que menos ha fracasado, sino quien ha sabido encontrar en la adversidad un estímulo para superarse, fortaleciendo su voluntad y empeño; en los errores y equivocaciones una experiencia positiva de aprendizaje.

Se supo hace pocos meses que el optimismo está localizado en un lugar específico de nuestro cerebro, una zona que se activa cuando tenemos pensamientos positivos. Sería interesante conocer además si es una condición genética o si se trata de una actitud relacionada con lo ambiental. Es decir, si uno puede cambiar del pesimismo al optimismo.

lunes, 14 de enero de 2008

De la Biblioteca a la playa...


El personal de la Biblioteca de Las Grutas ofrece en una simpática valija material de lectura a los visitantes.
Días atrás visitaron Las Coloradas sorprendiendo a más de un turista con la propuesta que tuvo una buena recepción entre la gente.
Muchas veces, la geografía de la playa ofrece tantas historias pintorescas como la vista pueda alcanzar. Desde vendedores ambulantes hasta los propios turistas.
Sin embargo, en las costas de las playas rionegrinas sorprendió en los últimos días una idea tan original como simpática.
Es que una valija repleta de libros se pasea por toda la costa buscando algún visitante que quiera disfrutarlos durante su estadía bajo el sol y el agua.
La idea es llevada a cabo por el personal de la Biblioteca Luis Piedrabuena de Las Grutas, que recorre con esta gama de libros para todos las edades en busca de mezclar la asistencia al turista y el incentivo a la lectura.

Incentivo
Desde un clásico hasta algunos de los úitlmos títulos que han salido al mercado, pasando por maravillosos cuentos para niños son las posibilidades que tienen los lectores. Es así como días atrás visitaron Las Coloradas sorprendiendo a más de un turista con la propuesta que tuvo masiva recepción de aquellos que disfrutaban de la calma del lugar.

jueves, 10 de enero de 2008

La Oxitocina y la empatía...(hormona milagrosa?)


NUEVO ESTUDIO DE UNA UNIVERSIDAD DE CALIFORNIA SOBRE LA OXITOCINA
La hormona del enamoramiento es también la de la generosidad
La investigación mostró que el nivel de generosidad hacia otras personas puede aumentar hasta 80%. Una hormona llamada oxitocina, conocida hasta ahora por tener un papel decisivo en el enamoramiento, el orgasmo o el amor por los hijos, contribuye además a potenciar la generosidad de las personas, según ha demostrado un estudio de la Universidad de Claremont (California). Los resultados del estudio, presentados en la revista científica electrónica PLoS ONE, indican que la oxitocina puede incrementar en un 80% la generosidad hacia otras personas.

Cuando sentimos empatía hacia una persona en apuros, nuestro cerebro segrega oxitocina de manera natural y esta incrementa el sentimiento de generosidad, explica Paul Zak, fundador del campo de investigación de la Neuroeconomía y director del estudio.

"Es la experiencia de proporcionar cuidado y compasión la que nos hace más propensos a liberar oxitocina cuando alguien nos necesita", declara el científico por correo electrónico.

"Tiene menor incidencia en los cerebros de los niños, que están en desarrollo. Pero la oxitocina puede incrementarse en la edad adulta, lo que se podría interpretar como un aumento de la empatía a medida que nos hacemos mayores".

El nuevo estudio es la continuación de un trabajo pionero que publicó el equipo de Paul Zak hace dos años en la revista Nature, y que demostró que hay una relación entre los niveles de oxitocina y el sentimiento de confianza hacia otras personas.

Aquel estudio demostró que la hormona facilita que personas que no se conocen se relacionen entre ellas.

En el nuevo estudio han participado 68 voluntarios -todos hombres, para evitar que los altibajos de la oxitocina a lo largo del ciclo menstrual pudieran alterar los resultados-, a la mitad de los cuales se administró la hormona en forma de spray nasal, mientras la otra mitad recibió placebo. Para medir su generosidad, se les propusieron dos juegos.

En uno, se daban diez dólares a la mitad de los participantes y se les pedía que los compartieran con otra persona. Si esta persona aceptaba la oferta, ambos se quedaban con el dinero. Pero si consideraba que la oferta era injusta y la rechazaba, se quedaban sin nada. El segundo juego era casi igual, con la diferencia de que el receptor no tenía opción de rechazar la oferta: debía aceptar lo que le daban.

Los resultados muestran que, cuando los voluntarios que habían inhalado oxitocina repartían el dinero, solían superar las expectativas de las personas que lo recibían. Este efecto no se observó entre quienes no habían inhalado oxitocina, que se mostraron más avaros. En conjunto, la hormona incrementó en un 80 por ciento la generosidad.

La oxitocina es una hormona estimulante, explica Ignacio Morgado, catedrático de Psicobiología de la Universitat Autónoma (UAB), quien advierte que "su efecto puede ser muy diferente en función del grado de reactividad de cada persona".

En: Clarín del 10/01/2008

miércoles, 9 de enero de 2008

Mitos sobre el Sexo


Aqui va el resumido pero conciso artículo publicado en el Diario Clarín de hoy...

Revelan y cuestionan los 10 mitos más frecuentes sobre el sexo


No sólo se refieren a cuestiones de tamaño: también se cree que hay mujeres frígidas cuando en realidad sólo se trata de casos con dificultad para alcanzar el orgasmo. Y la pasión, ¿se pierde con el matrimonio?

Por: Valeria Román

Alguna vez, Woody Allen dijo: "Existen dos cosas muy importantes en el mundo: una es el sexo, de la otra no me acuerdo". Mucha gente coincide, pero también se enreda con creencias sobre el sexo que le condicionan su intimidad bajo las sábanas. Aquí, van las 10 mentiras que más llegan al consultorio de sexólogos.

1 > El número de relaciones por noche marca el rendimiento del varón "Algunos miden todo con un concepto bancario. Pero más cantidad, no significa calidad -afirmó Adrián Helién, sexólogo del Hospital Durand-. Una buena respuesta sexual tiene que ver con disfrutar eróticamente y con poder entregarse y recibir al otro". La sexóloga clínica Diana Resnicoff consideró que la idea fija en "el rendimiento" no es casual en una cultura en la que sólo importan los resultados. "Así, se anula el disfrute del momento y las sensaciones".

2 > Me pide que use preservativo o que me haga el test de VIH porque es infiel "En varios estudios cualitativos, surge que muchos hombres no aceptan el preservativo o el test de VIH porque argumentan que la mujer les estaría siendo infiel -contó Elsa Schvartzman, socióloga de la UBA e integrante del Foro por los Derechos Reproductivos-. Esto desnuda la imposibilidad de las mujeres por tomar decisiones. Sin embargo, la mujer tiene el derecho a compartir la decisión sobre cómo, con quién y cuándo tener relaciones por su salud y su placer".

3 > La pasión se pierde con el matrimonio Sólo se va perdiendo el factor sorpresa -señaló Resnicoff-. Una pareja no se mantiene por sí misma sino que es necesario re-crearla constantemente. Una "receta" que no suele fallar es organizar un buen fin de semana, con tiempo libre para compartir, o una cena romántica. "Para mantener la pasión, se puede recurrir a cambiar de ropas, escenarios, posiciones o de objetos", dijo Adrián Sapetti, presidente de la Sociedad Argentina de Sexualidad Humana.

4 > La mujer no puede tener sexo sin amor "Sexo con o sin amor son compatibles en diferentes momentos de una mujer. Disfrutar de la sexualidad sin que haya un compromiso de por medio le permite a algunas mujeres desinhibirse más y hasta pensar menos en su compañero y más en ellas", según Resnicoff.

5 > La altura, la raza, la nariz, los pies o las manos indican el tamaño del pene Los sexólogos consultados por Clarín concuerdan en que no hay evidencia que demuestre ese mito.

6 > Es una frígida Son muy raros los casos de mujeres sin deseo sexual. Sí existen mujeres con dificultades para alcanzar un orgasmo, que pueden revertirse con darse la libertad para recibir y pedir estímulos de la pareja. "¡Muchos creen que solo basta con tocar un botón para que la mujer desee y tenga un orgasmo!", ironizó Resnicoff.

7 > El hombre siempre debe estar dispuesto "Es un disparate, que lleva a la frase 'a nadie se le niega el favor'. El varón no es una máquina de tener erecciones y puede negarse si una mujer no le interesa", consideró Sapetti.

8 > El enamoramiento se esfuma "Al principio, hay un flechazo por el otro, sin conocerlo. Después, hay aceptar al otro tal como es y no como uno cree que es. El secreto es no renunciar al erotismo", afirmó Helién.

9 > El hombre es el director de la orquesta Los roles son perfectamente intercambiables, aconsejó Resnicoff. "Es muy placentero a veces tomar la iniciativa y otras estar atentos a las propuestas de la pareja".

10 > El tamaño importa "Muchos creen que su pene es más pequeño que el promedio (15 cm en erección), y se obsesionan tanto que hasta se ponen polvos de insectos -contó Sapetti-. La realidad es que la vagina de las mujeres sólo tiene sensibilidad en los primeros 5 centímetros y necesitan más de la estimulación del clítoris y no tanto de la penetración".



http://www.clarin.com/diario/2008/01/09/sociedad/s-02415.htm

sábado, 5 de enero de 2008

Lecturas de verano...



Una buena posibilidad para leer en la playa, en la plaza o en la terraza este verano es la novela de Carlos María Domínguez, La casa de papel de Alfaguara....a los amantes de los libros les va a gustar...

Aqui va una entrevista que le hizo Angel Berlanda al autor:

Cuando Carlos María Domínguez tuvo lista la estructura de la cabaña que estaba construyendo en La Paloma, entre la costa uruguaya y la Laguna de Rocha, pensó que los libros que implacablemente habían tomado ya los placares y pasillos de su casa en Montevideo alcanzarían de sobra para levantar las paredes de su casa frente al mar. Más adelante lo pensó mejor y decidió que fuera Brauer, el bibliófilo protagonista de La casa de papel, quien llevara adelante el emprendimiento en la ficción y transformara a su biblioteca en miles de ladrillos. Acompañada por cuatro relatos cortos, esta nouvelle da nombre al nuevo libro de este periodista y escritor argentino “uruguayizado” (autor entre otros libros de Tres muescas en mi carabina, La mujer hablada y Construcción de la noche, biografía de Onetti en colaboración con María Esther Gilio) que, mientras narra la historia de Brauer, despliega un abanico de posibles conductas y situaciones extremas en relación con los libros, desde influencias de autores hasta accidentes fatales, pasando por rituales, fetichismos, fanatismos y obsesivas persecuciones de ejemplares únicos.
Domínguez cuenta que hizo una investigación sobre los vínculos que los lectores entablan con sus bibliotecas domésticas y que se sumergió en el extraño mundo de los bibliófilos. Así dio con “exquisitos que para leer un capítulo necesitan tener veinte libros a mano”, expertos en preservación obsesionados ante posibles ataques de bichos, polvos y humedades, tipos que son capaces de regalar el auto para hacerles espacio a los libros en el garaje. “La pregunta fue ¿de qué modo los libros cambian la vida de las personas y viceversa, de qué modo las personas también cambian el destino de los libros, tanto en lo simbólico o cultural como en lo físico? Ese recorrido abarca a la lectura desde el placer del conocimiento, pero también desde su sensualidad, el goce de apreciar una buena edición, el papel, las letras como dibujos, las buenas ediciones.”
–Pero por momentos se ríe un poco de esas obsesiones que rondan lo sagrado de los libros.
–Sí, la idea también fue desmitificar esa convivencia diaria con los libros, toda la solemnidad que los rodea. Pero en el fondo hay una reflexión acerca de estas criaturas singulares, tan frágiles y a la vez tan persistentes. Durante siglos y siglos transmiten valores y conocimientos, y al mismo tiempo tienen una consistencia por la que sucumben fácilmente ante la humedad, el fuego, las fuerzas naturales, de las que muchos libros hablan. Ese contraste me parece muy curioso. En muchísimos casos, el libro es un objeto que nos va a acompañar toda la vida y no sabemos por qué: uno lo compra, lo lee, queda asociado a un momento de la vida y después, quizá, sus páginas no vuelvan a verse nunca más. Y sin embargo uno, como lector, necesita que ese libro esté ahí, en la biblioteca.
–El relato también plantea que cuando los libros son demasiados, su ordenamiento puede resultar una pesadilla.
–En ese fetichismo que todo lector cultiva con su biblioteca, a veces da aprensión poner a un autor al lado de otro: “Justo juntar a estos dos tipos...” De ahí que Brauer cambie su fichero temático y busque un orden por un registro de tipo afectivo. Pero claro, tiene tantos volúmenes que es inmanejable. Ahí también hay un juego con el sentido de la memoria, con la forma en que puede ordenarse el pasado, porque una biblioteca es también un viaje en el tiempo. Llega un momento en que los volúmenes son muchos y hay que hacer filas dobles en los estantes, y se van ocupando los pasillos y las habitaciones con libros, y eso se vuelve inmanejable, como la memoria. De modo que perder un fichero, para un bibliófilo, es perder el orden de la memoria, y eso puede derivar en la situación dramática que vive este hombre.
–¿Los fanáticos de los libros tienen la piel ligeramente apergaminada por encima del tobillo, como sucede con uno de los personajes?
–Y, yo lo veo... Apergaminada porque toman poco sol, y prefieren quedarse leyendo a ir a una plaza. Se van contagiando la naturaleza del objeto que admiran, se les adhiere esa condición. No todos, claro, porque algunos alternan en mundos de aventura, pero es frecuente encontrar en los grandes lectores ese tipo de piel.
–¿Y sus manías con los libros cuáles son?
–Muchas de las que tiene el personaje: no juntar a Borges con García Lorca, por ejemplo, o a García Márquez con Vargas Llosa. Yo pasé por distintos estadios: al principio, en la adolescencia, uno tiene cierto orgullo por la cantidad de libros leídos y por su biblioteca, porque se supone que cuantos más libros tenés más culto sos. Después, de a poco, todo lector pasa del orgullo a la pesadilla: los libros lo van invadiendo todo. Cuando escribí La casa de papel me propuse dejar de comprar y vivir con una sola biblioteca, chiquita. Pero ya tuve que poner otros estantes en el dormitorio, se empiezan a acumular de nuevo, me ocuparon un placard. Como además he ejercido la crítica literaria durante muchos años, me fui llenando de libros. Cada tanto los regalo, o los cambio por otros que quiero leer. Pero es muy difícil deshacerse de los libros.

En: Radar Libros
Domingo, 03 de Octubre de 2004

jueves, 3 de enero de 2008

¿Por qué hacemos regalos?



Aquí va el texto completo de una nota aparecida en la Revista La Nación del domingo 30 de dciembre que me pareció interesante compartir:

El acto de regalar ha sido motivo de estudios sobre la conducta humana por parte de los especialistas de diversas áreas: ayuda a definir los vínculos y fortalece los lazos con familiares y amigos. Pero ¿quién gana más?, ¿el que da o el que recibe?
Cuando falleció mi madre, hace unos pocos años, mis hermanos y yo hablamos de las muchas cosas que serían diferentes sin ella. "No habrá más regalos", comentó mi hermano.
Mi madre era una apasionada de los obsequios. Cuando fui adulto la insté a que dejara de hacerlo y que gastara el dinero en ella, pero se negó. Le gustaba demasiado dar regalos.
Regalar ha sido durante mucho tiempo tema de estudios acerca de la conducta humana, y participan en ellos psicólogos, antropólogos, economistas y comerciantes. Ellos descubrieron que dar regalos es una parte sorprendentemente compleja e importante de la interacción humana que ayuda a definir las relaciones y fortalece los lazos con la familia y amigos. Los psicólogos afirman que a menudo es el que da, más que el que recibe, quien cosecha los mayores réditos psicológicos de un regalo. Frustrada por la gran cantidad de gente, el tránsito, el consumismo, la gente puede verse tentada en esta época a decidir no regalar absolutamente nada. Un informe de 2005 mostró que cuatro de cada cinco estadounidenses piensan que las fiestas son demasiado materialistas, según el Center for a New American Dream (Centro para un Nuevo Sueño Americano), que promueve el consumo responsable.
Pero si bien es razonable recortar los gastos durante las fiestas, los psicólogos afirman que prohibir el intercambio de obsequios con los seres queridos no es una solución. La gente que rechaza recibir o intercambiar regalos durante las fiestas, aseguran estos expertos, puede estar dejando de lado una importante conexión con la familia y amigos.
"Eso no ayuda a la relación", afirmó Ellen J. Langer, profesora de psicología de Harvard. "Si no permito que me den un regalo, entonces no aliento a los demás a que piensen en mí y en lo que me gusta. Impido a los otros que experimenten la alegría de embarcarse en todas esas actividades. Uno perjudica a los otros al no obsequiarles la posibilidad de dar."
El valor social de dar ha sido reconocido a través de la historia de la humanidad. Durante miles de años, algunas culturas nativas han realizado el potlatch, una compleja ceremonia que celebra el dar mucho.
A pesar de que las interpretaciones culturales varían, a menudo la posición de una familia en un clan o pueblo se definía no en función de quién tenía más posesiones, sino a partir de quién daba más. Cuanto más pródigo y oneroso el potlatch, más prestigio ganaba la familia.
Algunos investigadores creen que las fuerzas de la evolución pueden haber favorecido el dar regalos. Los hombres más generosos pueden haber tenido más éxito reproductivo con las mujeres (se señalan el uso de alimentos como intercambio para el acceso sexual y el acicalamiento, que han sido documentados en nuestros más cercanos parientes simios, los chimpancés). Las mujeres que eran hábiles en dar, ya fuera alimento extra o una piel adecuada para protegerse, ayudaban a apoyar al proveedor de la familia y a sus hijos.
Margaret Rucker, psicóloga especializada en consumo, de la Universidad de California, afirma que los hombres habitualmente son más conscientes del precio y del aspecto práctico cuando se trata de dar o recibir regalos, mientras que las mujeres tienden a preocuparse más por dar y recibir regalos con significado emocional.
La doctora Rucker cuenta que a menudo relata la historia de un hombre que se subió a un árbol para conseguir el huevo de un petirrojo que hacía juego con los ojos azules de su novia. "Las mujeres dicen qué romántico. Pero los hombres afirman que es la cosa más tonta que han oído y también se preocupan por la madre que puso el huevo."
Las diferencias en el tema parecen surgir en la más temprana infancia. Investigadores de la Universidad Loyola de Chicago estudiaron a niños de 3 y de 4 años en un centro de cuidados diurno, todos los cuales habían asistido a la misma fiesta de cumpleaños. Las niñas habían ido de compras con sus madres y ayudaron a elegir y envolver el regalo. Los varones, en cambio, no tenían idea de lo que era el obsequio. Decían: "Mientras mi mamá fue a comprarlo, yo me dormí una siesta", comentó Mary Ann McGrath, vicedecana de la Facultad de Comercio de la Universidad de Loyola.
Dar regalos es a menudo la forma más evidente en que una pareja puede mostrar interés, fortalecer un lazo, e incluso puede ser señal de que una relación debe terminar. Una colega de la doctora Rucker destacó que supo que su matrimonio había terminado cuando su esposo le entregó un regalo dentro de una bolsa de almacén de papel marrón.
Quienes dejan de dar regalos pierden una importante pauta social, aseguran los investigadores. "Quien figura en su lista de obsequios le dice quién es importante en su vida -expresó la doctora McGrath-. Indica quién es más importante y quién lo es menos."
Pero el mayor efecto de obsequiar puede estar en nosotros mismos. Dar a otros refuerza nuestros sentimientos por ellos y nos hace sentir más efectivos y afectuosos, aseguró la doctora Langer.
Para tener una visión del efecto psicológico de dar, investigadores de la Universidad de Virginia Commonwealth estudiaron recientemente los regalos que los dueños dan a sus mascotas, y encontraron que surge del deseo de hacer felices a los animales y de brindarles confort y afecto. El estudio que será publicado el año próximo puede parecer frívolo, pero también brinda, según los estudiosos, una nueva percepción sobre la naturaleza del acto de obsequiar, ya que las mascotas no pueden corresponder de igual manera.
"Cuando uno da algo a otra persona, se tiene la presión de la reciprocidad, pero no es así con las mascotas", afirmó Tracy Ryan, profesora asociada de investigación publicitaria de la Universidad de Virginia Commonwealth.
"El estudio muestra que existe mucho placer en dar, en saber que uno se ha preocupado por alguien."
Por Tara Parker-Pope (NYT/LA NACION)

Para saber más: http://www.newdream.org/

Nota sobre POTLATCH
(La Foto: Potlatch at Fort Rupert, British ColumbiaPhotograph by R.B. Dixon, 1898PMAE # 2004.1.363.3
Potlatch es el nombre de una ceremonia practicada por los pueblos indios de la costa del Pacífico en el noroeste de Norteamérca, tanto en los Estados Unidos como en la provincia de la Columbia Británica de Canadá. Ejemplos de aquellos pueblos son: los Haida, Tlingit, Tsimshian, Salish, Nuu-chah-nulth, y Kwakiutl (Kwakwaka'wakw).
El potlatch, vigente hasta el siglo XX, toma la forma de festín ceremonial para el que se utiliza carne de foca o salmón. En este festín se observan las relaciones jerárquicas entre los grupos, que se refuerzan mediante el intercambio de regalos y otras ceremonias. El anfitrión muestra su riqueza e importancia regalando sus posesiones, queriendo dar a entender que tiene tantas que puede permitirse hacer tantos regalos. Esto ocasiona que los participantes le correspondan cuando celebran su propio potlatch.