jueves, 10 de enero de 2008

La Oxitocina y la empatía...(hormona milagrosa?)


NUEVO ESTUDIO DE UNA UNIVERSIDAD DE CALIFORNIA SOBRE LA OXITOCINA
La hormona del enamoramiento es también la de la generosidad
La investigación mostró que el nivel de generosidad hacia otras personas puede aumentar hasta 80%. Una hormona llamada oxitocina, conocida hasta ahora por tener un papel decisivo en el enamoramiento, el orgasmo o el amor por los hijos, contribuye además a potenciar la generosidad de las personas, según ha demostrado un estudio de la Universidad de Claremont (California). Los resultados del estudio, presentados en la revista científica electrónica PLoS ONE, indican que la oxitocina puede incrementar en un 80% la generosidad hacia otras personas.

Cuando sentimos empatía hacia una persona en apuros, nuestro cerebro segrega oxitocina de manera natural y esta incrementa el sentimiento de generosidad, explica Paul Zak, fundador del campo de investigación de la Neuroeconomía y director del estudio.

"Es la experiencia de proporcionar cuidado y compasión la que nos hace más propensos a liberar oxitocina cuando alguien nos necesita", declara el científico por correo electrónico.

"Tiene menor incidencia en los cerebros de los niños, que están en desarrollo. Pero la oxitocina puede incrementarse en la edad adulta, lo que se podría interpretar como un aumento de la empatía a medida que nos hacemos mayores".

El nuevo estudio es la continuación de un trabajo pionero que publicó el equipo de Paul Zak hace dos años en la revista Nature, y que demostró que hay una relación entre los niveles de oxitocina y el sentimiento de confianza hacia otras personas.

Aquel estudio demostró que la hormona facilita que personas que no se conocen se relacionen entre ellas.

En el nuevo estudio han participado 68 voluntarios -todos hombres, para evitar que los altibajos de la oxitocina a lo largo del ciclo menstrual pudieran alterar los resultados-, a la mitad de los cuales se administró la hormona en forma de spray nasal, mientras la otra mitad recibió placebo. Para medir su generosidad, se les propusieron dos juegos.

En uno, se daban diez dólares a la mitad de los participantes y se les pedía que los compartieran con otra persona. Si esta persona aceptaba la oferta, ambos se quedaban con el dinero. Pero si consideraba que la oferta era injusta y la rechazaba, se quedaban sin nada. El segundo juego era casi igual, con la diferencia de que el receptor no tenía opción de rechazar la oferta: debía aceptar lo que le daban.

Los resultados muestran que, cuando los voluntarios que habían inhalado oxitocina repartían el dinero, solían superar las expectativas de las personas que lo recibían. Este efecto no se observó entre quienes no habían inhalado oxitocina, que se mostraron más avaros. En conjunto, la hormona incrementó en un 80 por ciento la generosidad.

La oxitocina es una hormona estimulante, explica Ignacio Morgado, catedrático de Psicobiología de la Universitat Autónoma (UAB), quien advierte que "su efecto puede ser muy diferente en función del grado de reactividad de cada persona".

En: Clarín del 10/01/2008

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